Fuente:
Diputación de Cádiz
- La Diputación
de Cádiz ha celebrado la efemérides
del Día de Andalucía en el
curso de un acto institucional protagonizado
por representantes de los ámbitos
sociales que pueden superar el actual contexto
de crisis económica. El titular de
la Corporación provincial, José
Loaiza, ha presidido una sesión en
la que han intervenido el presidente del
Centro Tecnológico de Acuicultura
de Andaluza y fundador de la empresa Cupimar,
Lázaro Rosa; el escritor Jesús
Maeso y el vicerrector de Investigador y
Transferencia de la Universidad de Cádiz,
Manuel Bethencourt. Tres portavoces representativos
de la cultura, la creatividad, la innovación,
la actitud emprendedora y la investigación.
Depositarios de un “patrimonio humano”
–tal como ha valorado Loaiza en su
discurso- que, sin intrusiones, puede abrir
el camino para la recuperación del
empleo.
El
presidente de Diputación, en su intervención,
aludió a la celebración del
Bicentenario de la Constitución de
1812 como una oportunidad de enaltecer el
“espíritu de la libertad”
nacido en Cádiz, y refrendado por
la Constitución de 1978 y el Estatuto
de Autonomía de Andalucía.
Sin embargo los índices de desempleo,
“con cifras insoportables de consecuencias
terribles” erosionan esa libertad
a tenor de las miles de familias “que
han tenido que hipotecar sus proyectos vitales”.
Tras ensalzar las trayectorias de Lázaro
Rosa, Jesús Maeso y Manuel Bethencourt,
el presidente de Diputación reprochó
que “el sectarismo y el inmovilismo,
la intrusión en la iniciativa privada
y el intervensionismo están reñidos
con el progreso y la prosperidad de Andalucía
y Cádiz”. Loaiza destacó
que “el futuro de los andaluces y
los gaditanos pasa por la recuperación
del empleo. Entre todos, debemos planificar
actuaciones para fomentarlo, impulsar la
iniciativa privada y fomentar la cultura
emprendedora”. Unos objetivos que
deben cimentarse desde una base sólida:
“Los andaluces merecemos una educación
de primera. Debemos pasar de ser líderes
en fracaso escolar a ser líderes
en la excelencia educativa (...) El mérito
y la cultura del esfuerzo deben regir la
educación en Andalucía. Y
ni un solo euro de menos de inversión.
En la educación nos jugamos el éxito
de futuro”.
Lázaro Rosa abogó
por intensificar los esfuerzos en la investigación,
el desarrollo y la innovación (I+D+i)
como cauce para recuperar el Estado de bienestar.
Subrayó las posibilidades de la Bahía
de Cádiz como potencial fuente de
empleo en el sector de la acuicultura, valorando
que los progresos obtenidos en la provincia
se reconocen como referencias de vanguardia
para los cultivos piscícolas del
Mediterráneo. Como ejemplo para acreditar
esta afirmación expuso el hecho de
ser “los primeros productores de Europa
en alevines de dorada” y, más
recientemente, la combinación de
tecnologías de producción
y engorde repercuten en la obtención
de 450 toneladas de lenguado tras una inversión
de 16 millones de euros.
Esa industria piscícola
colisiona, a juicio de Lázaro Rosa,
con “una absurda madeja de normas”
que lastra el porvenir de las empresas acuícolas.
La tesitura actual abre dos posibilidades:
“O somos capaces de emprender y aprovechar
los recursos que disponemos, cambiando las
normas que imposibilitan este aprovechamiento,
o seremos testigos de nuestra conversión
en un erial o en un basurero marino”.
Jesús Maeso realizó un poético
recorrido por la provincia de Cádiz
y por Andalucía, (“esplendor
de la diversidad”, “pluralidad
de almas”) pero sin caer en la complacencia
y renegando de los “perniciosos tópicos
y clichés” que distorsionan
la proyección pública de esta
comunidad. A su parecer los andaluces “no
son dogmáticos, ni sectarios, ni
intransigentes”; somos “escépticos,
tolerantes y senequistas”. Ensalzó
el papel afrontado por la Constitución
de Cádiz, germen de los principios
de “ciudadano y libertad para España
y la América criolla”; “un
grito liberalizador frente a una España
caduca”.
Maeso esbozó una Andalucía
dual con las siguientes palabras: “Andalucía
es una dama anacrónica enemistada
con la realidad, capaz de alzarse en arrebatos
de insultante belleza y convivir, al mismo
tiempo, la fibra óptica y el AVE
junto a amarraderos de carencia y jornaleros
del PER”.
Desde el ámbito de la Universidad
de Cádiz, Manuel Bethencourt condensó
la evolución de una institución
que nace en 1979 con 6.000 alumnos y que
en el actual curso cuenta con más
de veinte mil. A su juicio la UCA acredita
“un notable nivel científico”
y una creciente ampliación de titulaciones.
Una Universidad que hoy es el germen de
una cultura emprendedora abierta al entorno
social. Bethencourt valoró “la
calidad de un profesorado” y su eficaz
adaptación a los estándares
del Espacio Europeo de Educación,
a pesar de que “su sueldo medio es
de los más bajos de Europa”.
El vicerrector de la UCA recordó
las agregaciones científicas de relevancia
que suponen los centros de innovación
como el CeA3, dedicado al sector agroalimentario,
y sobre todo el Ceimar, dedicado al medio
marino y que coordina la institución
gaditana.
Pese a las circunstancias económicas
Bethencourt reiteró el empeño
de la Universidad de Cádiz en buscar
la excelencia en la docencia e investigación,
y procurar los servicios y las respuestas
que requiere la sociedad.
Al acto celebrado en Diputación
han asistido –entre otros- miembros
de la Corporación Provincial, diputados
nacionales, senadores, autoridades civiles
y militares, representantes consulares y
de colectivos empresariales.