......::: Ctaqua - Fundacion Centro Tecnológico Acuicultura de Andalucía - El Puerto de Santa María, Cádiz
 
 
   
 
          
 
         
 
 
  
 
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14 mayo de 2018

La innovación tecnológica como base para una mejora continua

14 mayo 2018 - En un ecosistema empresarial cada vez más globalizado, adquiere mayor importancia mantener una actitud competitiva y exigente. Por ello, la continua mejora de los procesos, los productos y los servicios deben realizarse sobre la base de un modelo de innovación tecnológica bien implantado.

En este sentido, María del Mar Barrios - directora adjunta a la gerencia de CTAQUA y doctora en gestión de I+D aplicada en acuicultura - destaca el modelo de la triple hélice, donde se establece una relación entre la universidad, la empresa y la administración pública, principalmente. El modelo establece las relaciones necesarias y el papel que cada actor debe adoptar en el proceso de innovación. “Se desarrolla para poder responder a la necesidad de cooperar y establecer alianzas que favorezcan el desarrollo tecnológico y el crecimiento económico”.

En su intervención en la Jornada de Acuicultura del Litoral Suraltántico celebrada la pasada semana en Cartaya, MM. Barrios hizo referencia a la importancia de los mecanismos de intercambio de conocimiento que se deben de emplear para poder conectar los distintos eslabones de la cadena de valor de la innovación. “En este sentido, generalmente, se realizan de manera puntual colaboraciones o contratos con entidades que son seleccionadas en función de las actividades que se quieren desarrollar. La manera más común es a través de acuerdos de prestación de servicios técnicos especializados, o mediante el establecimiento de consorcios para investigación”, indicó.

Se ha identificado como una deficiencia el establecimiento de mecanismos para la puesta en el mercado de los productos generados en los proyectos. Generalmente, son los centros de investigación los que recurren a las empresas para participar en los proyectos de manera conjunta, siendo la propiedad de los resultados de estos centros. En algunos casos, se llegan a establecer acuerdos de explotación de los resultados con las empresas participantes, proporcionándoles cierta ventaja competitiva.

“Las empresas suelen ser propietarias de los resultados y explotar los mismos cuando el proyecto se desarrolla con fondos propios y son ellas las que recurren a los centros de investigación para ejecutarlos, siendo este caso el menos habitual”, explica la directora de CTAQUA. Sin lugar a dudas, son las universidades y los centros de investigación los que tienen un papel fundamental en el establecimiento de mecanismos para poner en el mercado los productos, a través de la creación de entidades independientes como spin off, living labs o centros de excelencia, entre otros.

En cuanto al sector acuícola, su crecimiento pasa por que las empresas adopten estrategias de crecimiento, internacionalización y de liderazgo en costes. Sin embargo, su aplicación debe necesariamente ser apoyada por la estrategia de innovación tecnológica, y ésta debe ser considerada como un factor de supervivencia para las empresas y una vía para mantener y sostener su posición competitiva. “En efecto, la I+D en acuicultura surge como una respuesta a la dinámica del sector y exige una continua innovación en tecnología, procesos productivos y productos. La habilidad de cada empresa para responder a tales requerimientos marca las competencias distintivas entre ellas. En consecuencia, la I+D constituye uno de los pilares que sostienen la posición competitiva de cada una de ellas”, detalla.

No obstante, el sector acuícola no dispone de un buen posicionamiento respecto a la presencia de base tecnológica, aunque es habitual el apoyo de emprendedores en grupos de investigación para lanzar nuevos modelos de negocio. Según indicó en su intervención MM. Barrios, el emprendimiento en el sector se centra en los últimos años en la puesta en marcha de empresas que inician el cultivo de nuevas especies. Es fundamental para el sector el emprendimiento en la diversificación de la producción, siendo actualmente los cultivos de dorada, lubina, lenguado, rodaballo y mejillón sobre los que se basa la acuicultura nacional y existiendo un amplio abanico de especies susceptibles de ser cultivadas de manera significativa.

“La decisión de las especies con mayor potencial debe de estar fundamentada a través de la ejecución de estudios de mercado, para una vez seleccionadas iniciarse los estudios biológicos y las pruebas de cultivo. Es importante considerar que la domesticación de una nueva especie requiere de un plazo largo de tiempo para poder desarrollar todas sus fases y de la realización de estudios de investigación básica en diferentes áreas de especialización, no pudiendo ser asumidos en la mayoría de los casos por una empresa. Ahí es donde los grupos de investigación tienen un papel importante en este proceso, debiendo ser apoyados por fondos públicos de investigación”, explicó.

Finalmente, indicó que el desarrollo de nuevas tecnologías “se está viendo en la intensificación de la producción y, de manera particular, en el número cada vez mayor de instalaciones en tierra, no siendo habitual esta característica en las empresas que mantienen sistemas de cultivo en otros regímenes, manteniendo en uso tecnologías tradicionales”, concluyó.
Además de la intervención de María del Mar Barrios, en este evento también participaron en el apartado “acuituits” Ángel Hernández y Erik Malta, que expusieron brevemente en que consisten los proyectos MIMECCA y BIOSEA, respectivamente.

Además de la intervención de María del Mar Barrios, en este evento también participaron en el apartado “acuituits” Ángel Hernández y Erik Malta, que expusieron brevemente en que consisten los proyectos MIMECCA y BIOSEA.


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