03 marzo 2021 - La constante mejora de los factores vinculados a la nutrición acuícola es uno de los principales objetivos del sector. En este sentido, entre otras líneas de actuación, en nuestros sistemas experimentales realizamos evaluaciones de ingredientes funcionales en dietas, o sustituciones de harina o aceite de pescado por fuentes más sostenibles de proteínas y grasas.

Además, evaluamos formulaciones para comprobar si están correctamente balanceadas para la optimización del cultivo de una determinada especie. Con este objetivo, la Organización de Productores de Piscicultura Marina de Andalucía (OPP-56) nos encomendó, en el marco de su Plan de Producción y Comercialización para la campaña 2020, la ejecución de un proyecto centrado en la investigación y experimentación de un alimento específico y sostenible para el cultivo de peces durante los meses de invierno para su aplicación en esteros.

Partiendo de este alimento específico ya probado a escala de laboratorio en los primeros estadios de desarrollo y crecimiento de los peces, se realizó una nueva validación de su efectividad en condiciones productivas semi-industriales y en fase de engorde (alrededor de 500 gramos). En concreto, se buscó evaluar la efectividad del alimento y su sostenibilidad en condiciones de invierno, donde los requerimientos del cultivo y las demandas energéticas son menores, y es más necesario que el alimento se adapte y se aproveche mejor.

“En los sistemas experimentales de CTAQUA, llevamos a cabo una prueba con lubina en su fase de engorde durante 16 semanas (4 semanas aclimatación + 12 semanas de prueba), en las cuales evaluamos y comparamos el resultado de crecimiento de los peces y el aprovechamiento del alimento específico, frente a una dieta mejorada para las condiciones de invierno (ingredientes mejorados) y una dieta convencional (control)”, detalla José Cabello.

Tras concluir este trabajo de experimentación, “hemos comprobado que este alimento específico es el que muestra mejores resultados de crecimiento e eficiencia alimenticia”, señala. Mientras que la dieta mejorada no ha mostrado mejoras en valores de crecimiento y conversión de alimento.

De manera general, destacan en la formulación datos relevantes en proteína bruta (PB), grasa bruta (GB) y energía digestible (EG). Ambas dietas experimentales son isocalóricas entre sí (EG= 17,3 Mj/Kg), conteniendo la dieta que mejor resultados ha mostrado un 42% PB (de las cuales un 16,8% proceden de harina de pescado) y un 16% GB (con un 7,8% de aceite de pescado). Mientras que la dieta formulada para optimizar el rendimiento del cultivo durante los meses de invierno contiene un 43% PB (con un 15% de harina de pescado) y un 15% GB (7% aceite de pescado). 

En el marco de este proyecto también se han evaluado indicadores de calidad del filete de la especie objeto de estudio. En una cata a ciegas de individuos pertenecientes a los dos grupos experimentales y de control, los participantes no observaron diferencias notables entre ejemplares. Además, se han tomado muestras de músculo de todos los grupos para posterior análisis proximal y perfil de ácidos grasos.

Este proyecto ha sido cofinanciado por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible y el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca de la UE.