22 febrero 2023 - Por sus conocidas propiedades nutricionales, los productos de origen marino suelen tener buena aceptación entre los consumidores, que generalmente los prefieren frente los productos cárnicos terrestres. Esto puede suponer una ventaja para los sectores de la acuicultura y la pesca; no obstante, surge la interrogante de cuántos productos se quedan sólo en el impulso inicial de compra, y cuántos pasan esta temida barrera y se convierten en productos habituales en la cesta de la compra.

Según el último “Informe del Consumo Alimentario en España” presentado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), durante estos últimos años se ha podido identificar un descenso en la venta de productos perecederos como el pescado fresco, y un aumento del consumo de productos con mayor vida útil y más fáciles de almacenar y preparar como el pescado congelado, las conservas de pescados y moluscos, y los platos preparados.

Las empresas que quieran dar el paso y comenzar a desarrollar nuevos productos que den respuesta a las nuevas tendencias de consumo de productos procesados con mayor vida útil, deben tener en cuenta en primer lugar a los consumidores potenciales y las necesidades que buscan cubrir. “Por ejemplo, que el nuevo producto sea fácil de cocinar, tenga un formato práctico de almacenamiento, su tiempo de conservación sea conveniente, etc. Para que sea un imprescindible en la cesta de la compra, la idea del nuevo producto debe dar solución a los requerimientos del consumidor”, explica Myriam Retamero, jefa del Departamento de Innovación Empresarial y Desarrollo de negocio de CTAQUA.

Una vez definida la idea del nuevo producto e iniciadas las pruebas de desarrollo, es fundamental llevar a cabo análisis organolépticos concretos durante todas las fases de elaboración del nuevo producto. “Estos análisis servirán de forma interna para mejorar la formulación en las primeras etapas de desarrollo del prototipo, y posteriormente serán fundamentales para validar el producto a nivel general”, señala.

En este sentido, es muy importante contar con protocolos de trabajo para la evaluación sensorial a nivel interno, y además contar con asesores externos que permitan evaluar las propiedades del nuevo producto (aspecto, color, olor, sabor, textura, etc.) desde diferentes puntos de vista, en función del tipo de producto que se pretenda hacer llegar al mercado, el público objetivo y el canal de comercialización.

De forma general, el esquema para el desarrollo de nuevos productos debería de seguir las siguientes pautas:
Prospectiva de mercado -> Fase de concepto: Definición de nuevo producto -> Formulación de partida  ->  Cata interna  ->  Reformulación  ->  Validación a escala piloto  ->  Formulación definitiva  ->  Panel de catadores  -> Test consumidor final en mercado.

Cómo podemos ayudarte

En la planta piloto de CTAQUA llevamos a cabo el desarrollo de productos desde la fase de concepto hasta la escala piloto, y asesoramos en la industrialización del proceso de fabricación de esos nuevos productos. Estamos especializados en el aprovechamiento de subproductos como materias primas vlidas para la generación de estos nuevos productos.

Para el desarrollo de una gran gama de productos marinos contamos con el equipamiento necesario, como envasadoras específicas de atmósfera modificada, autoclave alimentario para la validación de nuevos procesos térmicos como las esterilizaciones y pasteurizaciones de conservas y platos preparados, horno multifunción para procesos de ahumado, secado, salazón, horneado, entre otros.

Para los análisis sensoriales tenemos implantada una metodología de validación organoléptica y de aceptación del producto mediante un panel de catadores entrenados.

Si deseas que te acompañemos en la creación de tu nuevo producto, contáctanos (info@ctaqua.es).